jueves, 6 de noviembre de 2008

Anécdotas e historias de matrimonio

Hoy, 11 de noviembre de 2008, en el 50º aniversario de nuestro matrimonio, me preparo para una de las 3 visitas semanales de 2 horas cada una en que puedo estar con mi amado esposo, en la cárcel.

Doy comienzo este blog sobre anécdotas y experiencias de mis 74 años de vida en éste, mi bendito país, en mi juventud considerado internacionalmente al nivel del primer mundo.

Me pregunto a mi misma por qué, con 74 años de edad lo empiezo y no encuentro una sola respuesta.

Ciertamente me importan la verdad y la justicia y estoy tranquila en cuanto se es seguro su triunfo. A pesar de haya quienes, con Goebbels, crean que una mentira mil veces repetidas termina siendo una verdad, se que apenas es mera cuestión de tiempo que siempre la luz de la verdad resplandezca iluminando la oscuridad de la mentira. Con la misma seguridad de que la aurora iluminará las tinieblas de la noche, por muy negra que ésta sea.

Y claro que tengo el compromiso de trasmitir a mis hijos, nietos y bisnietos los valores morales y éticos que nos hace ser más humanos.

Más aún, como adulta, siento el deber de trasmitir la experiencia de mis 74 años de vida y cómo disfruté aquí de la armonía social de un Uruguay que fuera un oasis de paz y unidad, con una calidad de vida tan excelente que en el mundo se nos consideraba al mismo nivel de los países del primer mundo, llamando a nuestro Uruguay, la Suiza de América.

Y sin duda quiero compartir con cuantos lo lean que el amor de Dios nos hace a todos hermanos, no solo a los que nos hacen bien sino a los que nos odian también, como Jesús nos enseña, que hace salir su sol sobre malos y buenos y llover sobre justos e injustos. Y que la dignidad de ser hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, único e irrepetible cada uno, con una misión que solo ese uno puede llevar a cabo y ningún otro, es la fuente de donde provienen los derechos humanos ya reconocidos en la Declaración de las Naciones Unidas y los que aún no lo han sido.

Y también quiero cumplir con mi deber de luchar no con armas materiales que hieren y matan sino con el arma mucho más poderosa de la oración que sana heridas y da vida nueva, junto a todos los que quieren hacer de nuestro lugar en el mundo el reino del amor, la justicia y la paz.

Invito a todos los que tienen esperanza y quieren trabajar para ese objetivo de unidad, a leerlo y hacer sus comentarios positivos sobre cómo lograrlo, cuanto antes.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Rocio. Desde Espana te animanos a seguir escribiendo y denunciar esta injusticia en el siglo XXI que sucede en Uruguay!! ANIMO!!

Unknown dijo...

MACA , YA ERA HORA DE HACERTE SENTIR ABRIENDO ESTA VENTANA AL MUNDO;
LIMPIAR EL AIRE TAN ENRARECIDO VA A SER DURO, PERO A TÍ NUNCA TE FALTÓ NI FUERZA NI HONESTIDAD NI FIRMÍSIMAS CREENCIAS, MOTORES DE TU VIDA.