domingo, 9 de noviembre de 2008

Collar de recuerdos

Hoy, 8 de noviembre, sigo enhebrando mi collar de recuerdos. Conocí a Juan Carlos, mi amado esposo, en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, única existente en la fecha que comenzamos, en 1953. En el Decanato preocupaba el número, 90 estudiantes, que se pensaba si no sería excesivo ¿resistiría el Aula Pablo de María el peso de esos? En 1982 empezó 1º de Derecho y Notariado una de nuestras hijas, previo examen de ingreso, con un grupo de 600, bajo todavía en comparación con los actuales. ¡Qué diferencia en poco más de 50 años! y más aún si se piensa que la Universidad de la República (UDELAR) es ahora solamente una de las varias posibles para cursar Derecho.

Ciertamente todo era muy diferente entonces. Desde lo más simple, el cómo vestirse para ir a clase: los chicos iban vestidos de traje y corbata todos, muchos con chaleco. Y alguno más original, de pantalón y saco sport, era considerado un raro. En lo importante, estudiábamos en libros no en apuntes. Libros de grandes autores internacionalmente reconocidos, a menudo obras en varios tomos y en francés e italiano. Bajo el gran Decano Dr. Eduardo J. Couture la Facultad floreció en Jornadas de Derecho Internacional en distintas materias a las que eran invitados y asistían grandes profesores europeos cuyas conferencias nos fascinaban, además de enriquecernos. En cuanto al estudio mismo los profesores uruguayos no solamente respetaban sino que ayudaban a los alumnos en todo al punto que algunos como el Dr. Justino Jiménez de Aréchaga, el Dr. Jorge Peirano Facio, el Dr. Eduardo Jiménez de Aréchaga, el Dr. Juan B.Carballa invitaban a su biblioteca y ¡prestaban sus libros! Claro que los beneficiarios eran únicamente los varones porque ni soñar en ese tiempo que una chica fuera a casa de un hombre, aún siendo un caballero, como todos ellos y estando casado y viviendo con su esposa e hijos.
Los exámenes eran orales y constaban de dos partes. La primera, una disertación con un tema a desarrollar en 15 minutos, sacado al azar de un bolillero, que se preparaba mientras el alumno anterior rendía su examen ante dos profesores sentados a ambos lados del Presidente de Mesa que era quien había dictado el curso. La segunda, preguntas de dos de los profesores, alternados, y siempre del catedrático. Era poco corriente que se perdiera un examen, solamente nos preocupaba lograr en una sana competencia, la nota más alta. Los 3 sobresalientes con felicitaciones de la Mesa eran anunciados con genuina alegría y orgullo por el Presidente, más de una vez por día de examen.

Cuando decidimos casarnos al año siguiente, dejé de estudiar. Queriendo ambos tener una familia con muchos niños y disfrutarlos todo lo posible, me conocía bien como para saber que no podría una excelente profesional y excelente esposa y madre a la vez-como ahora son todas esas maravillosas jóvenes, como mis hijas, que admiro permanentemente-dejé la carrera para seguir lo que para mí estaba en lo alto de mi escala de valores: la familia. Quise hacerlo de modo que fuera claro que era mi libre elección de vida y sin que nunca él ni los hijos -si Dios nos los daba como deséabamos- pudieran pensar que fuera un sacrificio por ellos. Mi decisión de entonces ha sido ratificada cada día de estos 50 años en que me he sentido gratificada por el amor generoso y el apoyo incondicional de todos. ¡Cada uno de ellos una bendición del Señor!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rocio, te aliento en esta brillante campaña. Ojala que esta herramienta "sin fronteras" tenga la fuerza y el coraje de implantar la verdad de esta sucia jugada de los insurjentes de siempre; que no solo han opacado al pais, sino también -y nada mas importante- que la posibilidad de que gente brillante, del calibre de Juan Carlos, hagan su lugar de honor en la historia de las futuras geneneraciones.
Toda esta falsedad es muy dolorosa e injusta. Lamentablemente en este pais hay serias contradiciones como 1) "que todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario" ... y 2) asi como también es un sistema injusto que se permita cargos políticos a seres que han "asesinado a sangre fria" y "hasta robado en bancos" como asi lo afirmo un renombrado político de la actualidad del Frente Amplio!!. Como es posible esta contrariedad en la Justicia Uruguaya. Los que fueron asesinos y ladrones estan hoy al frente del gobierno ... ¿Que podemos esperar entonces?
Sigue con esto!!
Gustavo, hijo de Sonia B.